martes, 24 de marzo de 2009

Protegido Por La Música

Como si fuera un escudo, o una barrera impenetrable que me hace inmune a muchísimas cosas indeseables. Así empieza mi día después de salir de mi casa rumbo al trabajo, me “enchuflo” mis audífonos y se me reboza la cabeza de sonidos energizantes, ritmos que vigorizan mis mañanas en esta fría ciudad del norte.

Me monto en mi tren llenito de personas que al igual que yo nos dirigimos al trabajo. Un tren con muchas personas mal humoradas, desganadas, personas aburridas de sus rutinas o de sus propias vidas.

Yo sigo “enchuflado”, por mis audífonos se transmite mi medicina, mi antídoto para evadir todos esos gérmenes patógenos del aburrimiento y la apatía. Mi medicina me cabe en un bolsillo, es una amalgama, una mezcla, una combinación de sonidos de mi patria, de mi campo, de mi tierra, de esa ciudad tan bella que no se me sale del alma.

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